lunes, 30 de diciembre de 2013
lunes, 23 de diciembre de 2013
Entre Ser Feliz y Estar Triste.
12:23
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Entre Ser Feliz y Estar Triste.
Por: Cesar Alanis
Coach.
¿Te sorprende el título? Pues, esto es totalmente posible.
Ser feliz es parte de nuestro crecimiento y evolución.
No está relacionado con lo que nos pasa o deja de pasar, es decir, lo que sucede y lo que no sucede, y anhelamos.
La felicidad no se encuentra. Se construye día a día. Anónimo
Ser feliz es fundamentalmente, apreciar la vida en toda su dimensión, darnos cuenta de que la misma es un regalo que se nos ha hecho, y que esto nos permite experimentar una conexión con el mundo y con todos los seres que nos rodean.
Estar feliz es diferente…
Estar feliz depende de lo que vamos viviendo, de los acontecimientos, y el estado contrario es estar triste. Por esto, es posible Ser Feliz, y en un momento determinado, estar triste.
Ser y Estar no es lo mismo. He aquí el punto de inflexión.
Ser feliz es el resultado de mucho aprendizaje, de cambiar nuestra mirada, de perdonar, de no juzgar… todas competencias que para adquirirlas, necesitamos enfocarnos para lograrlas. No llegan a nosotros espontáneamente, por eso, tampoco dependen de la edad. Coincidirás conmigo en que existen muchas personas de edad avanzada que no aprendieron a ser felices y otras, que quizás teniendo menos años, ya lo consiguieron.
La felicidad es a veces una bendición pero generalmente es una conquista. Paulo Coelho.
Estar felices o estar tristes se circunscriben a etapas, períodos, momentos que son cíclicos y cambian permanentemente.
Sobre todo con la palabra “momentos”, observo esta confusión entre Ser y Estar.
Cuando se habla de la felicidad, escucho decir algo así como “no existe la felicidad, solo son momentos”.
¿Quieres estar siempre, feliz? ¿No quieres estar nunca, triste?
Ambas situaciones son inevitables y así como nadie puede alargar el estar feliz, nadie puede acortar el estar triste.
Todas nuestras vivencias tienen algo que vale… por eso…
Disfruta a pleno de las estancias felices. Durante las mismas, no te preocupes por nada. Absorbe con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y todos tus sentidos, cada segundo. Ríe, canta, baila, muévete, habla, comparte.
Y cuando llega el estar triste, dale paso. No lo reprimas. Sentí de la misma forma que cuando estás feliz, en este caso, quédate en silencio, revisa lo que pasa, de qué manera podrías hacer algo al respecto, disfruta de la conexión contigo mismo, llora, permite el dolor… sin quedarte en él.
Esto es la aceptación, y la aceptación nos lleva a la paz interior.
Vivir con intensidad los estados alegres y los estados tristes es una forma de aprendizaje para llegar a Ser Feliz.
Los estados de ánimo aparecen luego de las emociones y contrariamente a lo que sucede con ellas, podemos elegirlos.
Es probable que necesitemos de algunas herramientas para no quedarnos –luego de permitirnos sentirlos- en los estados de tristeza.
Esta es una prueba más de que el lenguaje no es inocente y de que crea nuestra realidad.
Ser no es lo mismo que Estar.
Control emocional y el estrés
12:14
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Control emocional y el estrés
Por: Cesar Alanis
Coach
El estrés es un estado de tensión física y mental que se genera como respuesta automática ante situaciones externas que son percibidas como amenazantes o demandantes. Se sabe que en sí mismo el estrés no es algo “malo” pues nos impulsa a conseguir objetivos e incluso puede ser saludable sí se sabe manejar eficazmente.
En un primer momento la respuesta de estrés es necesaria y adaptativa, pero sí ésta se prolonga o intensifica se pueden experimentar serios trastornos físicos y/o emocionales afectando el desempeño diario de una persona en sus diferentes esferas de la vida.
Tres fases de desarrollo del estrés
El estrés se ha dividido en tres fases principales:
• Fase de alarma o huida:
Se presenta cuando nuestro organismo se prepara para producir el máximo de energía, con los consecuentes cambios químicos. El cerebro envía señales que activan la secreción de hormonas, que mediante una reacción en cadena provocan diferentes reacciones en el organismo como son: tensión muscular, agudización de los sentidos, aumento en la frecuencia e intensidad de los latidos del corazón, elevación del flujo sanguíneo, incremento del nivel de insulina para que el cuerpo metabolice más energía, etc.
Cuando pasa la señal de alarma nuestro organismo se relaja y recuperamos el estado de reposo. Si la situación se mantiene de forma continua, pasamos a la siguiente fase.
• Fase de adaptación:
También se le conoce como fase de resistencia y se presenta cuando se mantiene la situación de alerta sin que exista relajación. Es entonces cuando el organismo intenta retornar a su estado normal, y se vuelve a producir una nueva respuesta fisiológica, manteniendo las hormonas en situación de alerta permanente. Esta fase llega a su límite cuando se agota la energía.
• Fase de agotamiento:
Sucede cuando el estrés se convierte en crónico, y se mantiene durante un período de tiempo que varía en función de cada individuo. En esta fase se experimenta debilidad y aparece una sensación de angustia y ansiedad que termina por afectar la salud física y/o emocional de la persona.
Los principales signos y síntomas que se observan en un individuo en esta fase son: apatía, colitis, gastritis, úlceras, insomnio, irritabilidad, enfermedades cardiacas, depresión, etc.
Entre las causas más comunes de estrés en el trabajo se encuentran las siguientes:
• Excesiva carga de trabajo.
• Problemas interpersonales con compañeros y superiores lo que afecta el clima laboral.
• Falta de conocimientos especializados para desarrollar las funciones.
• Amenaza continua de recorte o restructuración organizacional.
• Situaciones familiares y personales que obstaculizan e interfieren el desempeño en el trabajo.
Factores antiestrés
Ahora bien, no todas las personas se enfrentan a situaciones estresantes de igual forma. Lo que para algunos es una situación estresante para otros puede que no lo sea. Esto se debe a ciertos factores como son:
• Actitud: Tiene que ver con la forma en que interpretamos la realidad que nos rodea, por lo que para alguien una situación puede ser percibida como demandante y amenazante mientras que para otra representa un reto interesante o una oportunidad de desarrollo.
• Bienestar físico: La mala alimentación y nutrición estresa al cuerpo y a la mente perjudicando en sobremanera a quien se encuentra en este estado. Una persona sometida a estrés requiere más nutrientes, vitaminas y minerales. Asimismo, la actividad física inadecuada puede provocar un estado estresante para el organismo.
• Redes de Apoyo: Somos seres sociales que necesitamos de los demás, y por lo tanto la mayoría de las personas requiere de alguien en sus vidas en quien confiar en un momento difícil. Cuando se carecen de redes de apoyo, las situaciones estresantes se hacen más difíciles de manejar.
• Oportunidades de relajación: Las actividades recreativas nos proporcionan espacios para liberar tensiones. Cuando una persona carece de intereses externos, pasatiempos o de un medio de relajación, es muy probable que no consiga manejar situaciones estresantes ya que no podrá descargar el estrés que le provocan.
De esta forma, se puede establecer que una persona que tiene actitudes negativas, estado de salud físico deficiente, falta de apoyo social y escasas oportunidades para relajarse, tiene altas probabilidades para experimentar con mayor ansiedad las situaciones estresantes.
Técnicas de control emocional contra el estrés
Existen técnicas básicas de control emocional para hacerle frente al estrés, y éstas pueden utilizarse antes, durante o después de un acontecimiento estresante.
1º Respiración profunda:
Esta técnica es muy fácil de aplicar y es útil para controlar las reacciones fisiológicas al enfrentar situaciones emocionalmente intensas.
- Inspira profundamente mientras cuentas mentalmente hasta 4
- Mantén la respiración mientras cuentas mentalmente hasta 4
- Suelta el aire mientras cuentas mentalmente hasta 8
2º Detención del pensamiento:
Esta técnica se centra en el control del pensamiento y para ponerla en práctica debes seguir los siguientes pasos:
- Cuando empieces a encontrarte incómodo, nervioso o alterado, préstale atención al tipo de pensamientos que estás teniendo, e identifiques todos aquellos con connotaciones negativas (centrados en el fracaso, el odio hacia otras personas, la culpa, etc.)
- Repite hacia ti mismo “¡Basta!”
- Sustituye esos pensamientos por otros más positivos
El problema de esta técnica es que se necesita cierta práctica para identificar los pensamientos negativos, así como para darles la vuelta y convertirlos en positivos.
Por: Cesar Alanis
Coach
El estrés es un estado de tensión física y mental que se genera como respuesta automática ante situaciones externas que son percibidas como amenazantes o demandantes. Se sabe que en sí mismo el estrés no es algo “malo” pues nos impulsa a conseguir objetivos e incluso puede ser saludable sí se sabe manejar eficazmente.
En un primer momento la respuesta de estrés es necesaria y adaptativa, pero sí ésta se prolonga o intensifica se pueden experimentar serios trastornos físicos y/o emocionales afectando el desempeño diario de una persona en sus diferentes esferas de la vida.
Tres fases de desarrollo del estrés
El estrés se ha dividido en tres fases principales:
• Fase de alarma o huida:
Se presenta cuando nuestro organismo se prepara para producir el máximo de energía, con los consecuentes cambios químicos. El cerebro envía señales que activan la secreción de hormonas, que mediante una reacción en cadena provocan diferentes reacciones en el organismo como son: tensión muscular, agudización de los sentidos, aumento en la frecuencia e intensidad de los latidos del corazón, elevación del flujo sanguíneo, incremento del nivel de insulina para que el cuerpo metabolice más energía, etc.
Cuando pasa la señal de alarma nuestro organismo se relaja y recuperamos el estado de reposo. Si la situación se mantiene de forma continua, pasamos a la siguiente fase.
• Fase de adaptación:
También se le conoce como fase de resistencia y se presenta cuando se mantiene la situación de alerta sin que exista relajación. Es entonces cuando el organismo intenta retornar a su estado normal, y se vuelve a producir una nueva respuesta fisiológica, manteniendo las hormonas en situación de alerta permanente. Esta fase llega a su límite cuando se agota la energía.
• Fase de agotamiento:
Sucede cuando el estrés se convierte en crónico, y se mantiene durante un período de tiempo que varía en función de cada individuo. En esta fase se experimenta debilidad y aparece una sensación de angustia y ansiedad que termina por afectar la salud física y/o emocional de la persona.
Los principales signos y síntomas que se observan en un individuo en esta fase son: apatía, colitis, gastritis, úlceras, insomnio, irritabilidad, enfermedades cardiacas, depresión, etc.
Entre las causas más comunes de estrés en el trabajo se encuentran las siguientes:
• Excesiva carga de trabajo.
• Problemas interpersonales con compañeros y superiores lo que afecta el clima laboral.
• Falta de conocimientos especializados para desarrollar las funciones.
• Amenaza continua de recorte o restructuración organizacional.
• Situaciones familiares y personales que obstaculizan e interfieren el desempeño en el trabajo.
Factores antiestrés
Ahora bien, no todas las personas se enfrentan a situaciones estresantes de igual forma. Lo que para algunos es una situación estresante para otros puede que no lo sea. Esto se debe a ciertos factores como son:
• Actitud: Tiene que ver con la forma en que interpretamos la realidad que nos rodea, por lo que para alguien una situación puede ser percibida como demandante y amenazante mientras que para otra representa un reto interesante o una oportunidad de desarrollo.
• Bienestar físico: La mala alimentación y nutrición estresa al cuerpo y a la mente perjudicando en sobremanera a quien se encuentra en este estado. Una persona sometida a estrés requiere más nutrientes, vitaminas y minerales. Asimismo, la actividad física inadecuada puede provocar un estado estresante para el organismo.
• Redes de Apoyo: Somos seres sociales que necesitamos de los demás, y por lo tanto la mayoría de las personas requiere de alguien en sus vidas en quien confiar en un momento difícil. Cuando se carecen de redes de apoyo, las situaciones estresantes se hacen más difíciles de manejar.
• Oportunidades de relajación: Las actividades recreativas nos proporcionan espacios para liberar tensiones. Cuando una persona carece de intereses externos, pasatiempos o de un medio de relajación, es muy probable que no consiga manejar situaciones estresantes ya que no podrá descargar el estrés que le provocan.
De esta forma, se puede establecer que una persona que tiene actitudes negativas, estado de salud físico deficiente, falta de apoyo social y escasas oportunidades para relajarse, tiene altas probabilidades para experimentar con mayor ansiedad las situaciones estresantes.
Técnicas de control emocional contra el estrés
Existen técnicas básicas de control emocional para hacerle frente al estrés, y éstas pueden utilizarse antes, durante o después de un acontecimiento estresante.
1º Respiración profunda:
Esta técnica es muy fácil de aplicar y es útil para controlar las reacciones fisiológicas al enfrentar situaciones emocionalmente intensas.
- Inspira profundamente mientras cuentas mentalmente hasta 4
- Mantén la respiración mientras cuentas mentalmente hasta 4
- Suelta el aire mientras cuentas mentalmente hasta 8
2º Detención del pensamiento:
Esta técnica se centra en el control del pensamiento y para ponerla en práctica debes seguir los siguientes pasos:
- Cuando empieces a encontrarte incómodo, nervioso o alterado, préstale atención al tipo de pensamientos que estás teniendo, e identifiques todos aquellos con connotaciones negativas (centrados en el fracaso, el odio hacia otras personas, la culpa, etc.)
- Repite hacia ti mismo “¡Basta!”
- Sustituye esos pensamientos por otros más positivos
El problema de esta técnica es que se necesita cierta práctica para identificar los pensamientos negativos, así como para darles la vuelta y convertirlos en positivos.
Consejos para que tu día sea mejor.
12:00
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Consejos para que tu día sea mejor.
Por: Cesar Alanis
Coach
Desde que abrimos los ojos por la mañana, las personas debemos enfrentarnos a una serie de desafíos y misiones que inciden en nuestra vida familiar, laboral y social.
Muchas veces, la presión por querer “hacerlo todo bien” o “en el tiempo debido” nos provoca estrés y frustración, llevándonos a estar más cansados y sin ánimo.
Sin embargo, existen algunas claves para alcanzar el equilibrio entre cumplir ciertas tareas y obligaciones y no derrumbarnos si las cosas no salen como planeamos.
Así lo considera Bob Miglani, ejecutivo con más de 20 años de experiencia en la empresa farmacéutica Pfizer y autor del libro “Abraza el Caos” (“Embrace The Chaos”), el cual enseña a las personas cómo moverse hacia adelante en sus vidas para lograr sus propósitos.
En el marco de su reciente publicación, lanzada en octubre de este año, el escritor reveló un pequeño listado con las 3 verdades que debes aceptar ahora para que tu día sea mejor, publicado en el medio estadounidense The Huffington Post.
A continuación, te dejamos con la traducción del texto original.
1.- “Nada será perfecto”.
“Una de las razones por las que nos encontramos tan estresados y abrumados por el día es la noción de que las cosas deben ser limpias y ordenadas. Esperamos que las cosas no salgan mal. Pero cuando lo hacen, nos enfadamos. Lloramos feo. Buscamos culpar a la economía, a un mundo interconectado y a otros.
La realidad es que este concepto de perfección es una ilusión. Vivimos en un mundo en el que hay millones de pequeñas acciones sucediendo al mismo tiempo, impactando a millones de otras personas. Las cosas pasan rápido, son complicadas, inciertas e impredecibles. Así es la vida.
No hay trabajos perfectos. Ni relaciones perfectas. Ni carreras o negocios perfectos. Desde la persona más rica a la persona más pobre, el caos de la vida no perdona a nadie. Así que paremos de tratar de esperar que las cosas sean perfectas. Y aceptemos las cosas como son… locas, fortuitas, maravillosas y todo lo que hay en el medio. La vida no es buena o mala. Sólo es.
Aceptando que nada es perfecto, podemos comenzar a sentirnos libres reconociendo que la locura que ocurre en la vida no es nuestra culpa o de otros, sino que de como es la vida… imperfecta”.
2.- “No podemos controlar el caos. Pero podemos controlarnos a nosotros mismos”.
“Mucha de nuestra inhabilidad para lidiar con la imprevisibilidad de la vida descansa en esta noción de control. Somos afectados por el caos de la vida porque nos sentimos impotentes ante éste, sintiendo una pérdida de control de las cosas.
Intentamos controlar el lugar donde vivimos, pero no podemos controlar a nuestros vecinos. Podemos controlar el asiento del avión en el que viajamos, pero no podemos controlar quién se sienta a nuestro lado. Incluso podríamos controlar dónde trabajamos, pero no podemos controlar a nuestro jefe o a nuestros clientes. Nos cuesta controlar a nuestros propios hijos, ¿entonces cómo podríamos controlar la vida?.
Aceptemos que el único control que realmente tenemos durante el día es cómo controlamos el caos. ¿Así que para qué tratar de controlar cosas que no están en nuestra esfera de control? Debemos redirigir ese esfuerzo de controlar a nuestro jefe o a nuestros seres queridos hacia nosotros -y la forma en que pensamos sobre la situación, y la forma en que la controlamos-”.
3.- “La acción crea emociones positivas”.
“Con tanta información viniendo a nosotros de todos nuestros dispositivos y las noticias, de nuestros amigos y nuestros compañeros de trabajo, fácilmente podemos vernos abrumados y paralizados. Nos quedamos estancados en analizar situaciones, esperando que más información nos ayude a tomar decisiones. Pero el camino hacia adelante no es necesariamente más información, sino que más acción.
Sin importar si es algo pequeño, tomar acción nos puede hacer sentir geniales. Esto ocurre porque, en vez de que nos pasen cosas a nosotros, las hacemos suceder. Por último, al tomar acción tenemos la sensación de certeza y control que por lo general perdemos durante el curso de un día frenético. Además, ver el fruto de nuestros resultados inmediatamente nos ayuda a proporcionarnos los refuerzos necesarios para que sigamos moviéndonos hacia adelante.
En el curso de un día ajetreado, terminamos enfrentándonos a tantos desafíos que ponen a prueba nuestra fuerza, nuestro conocimiento y nuestra resiliencia. Aceptemos que sin importar cuál sea el desafío, sin importar cuál sea la incertidumbre, somos capaces de tomar decisiones que impácten en qué tan bueno va a ser nuestro día y esa elección no es de otros que desafían nuestro día, sino que realmente depende de nosotros”.
Por: Cesar Alanis
Coach
Desde que abrimos los ojos por la mañana, las personas debemos enfrentarnos a una serie de desafíos y misiones que inciden en nuestra vida familiar, laboral y social.
Muchas veces, la presión por querer “hacerlo todo bien” o “en el tiempo debido” nos provoca estrés y frustración, llevándonos a estar más cansados y sin ánimo.
Sin embargo, existen algunas claves para alcanzar el equilibrio entre cumplir ciertas tareas y obligaciones y no derrumbarnos si las cosas no salen como planeamos.
Así lo considera Bob Miglani, ejecutivo con más de 20 años de experiencia en la empresa farmacéutica Pfizer y autor del libro “Abraza el Caos” (“Embrace The Chaos”), el cual enseña a las personas cómo moverse hacia adelante en sus vidas para lograr sus propósitos.
En el marco de su reciente publicación, lanzada en octubre de este año, el escritor reveló un pequeño listado con las 3 verdades que debes aceptar ahora para que tu día sea mejor, publicado en el medio estadounidense The Huffington Post.
A continuación, te dejamos con la traducción del texto original.
1.- “Nada será perfecto”.
“Una de las razones por las que nos encontramos tan estresados y abrumados por el día es la noción de que las cosas deben ser limpias y ordenadas. Esperamos que las cosas no salgan mal. Pero cuando lo hacen, nos enfadamos. Lloramos feo. Buscamos culpar a la economía, a un mundo interconectado y a otros.
La realidad es que este concepto de perfección es una ilusión. Vivimos en un mundo en el que hay millones de pequeñas acciones sucediendo al mismo tiempo, impactando a millones de otras personas. Las cosas pasan rápido, son complicadas, inciertas e impredecibles. Así es la vida.
No hay trabajos perfectos. Ni relaciones perfectas. Ni carreras o negocios perfectos. Desde la persona más rica a la persona más pobre, el caos de la vida no perdona a nadie. Así que paremos de tratar de esperar que las cosas sean perfectas. Y aceptemos las cosas como son… locas, fortuitas, maravillosas y todo lo que hay en el medio. La vida no es buena o mala. Sólo es.
Aceptando que nada es perfecto, podemos comenzar a sentirnos libres reconociendo que la locura que ocurre en la vida no es nuestra culpa o de otros, sino que de como es la vida… imperfecta”.
2.- “No podemos controlar el caos. Pero podemos controlarnos a nosotros mismos”.
“Mucha de nuestra inhabilidad para lidiar con la imprevisibilidad de la vida descansa en esta noción de control. Somos afectados por el caos de la vida porque nos sentimos impotentes ante éste, sintiendo una pérdida de control de las cosas.
Intentamos controlar el lugar donde vivimos, pero no podemos controlar a nuestros vecinos. Podemos controlar el asiento del avión en el que viajamos, pero no podemos controlar quién se sienta a nuestro lado. Incluso podríamos controlar dónde trabajamos, pero no podemos controlar a nuestro jefe o a nuestros clientes. Nos cuesta controlar a nuestros propios hijos, ¿entonces cómo podríamos controlar la vida?.
Aceptemos que el único control que realmente tenemos durante el día es cómo controlamos el caos. ¿Así que para qué tratar de controlar cosas que no están en nuestra esfera de control? Debemos redirigir ese esfuerzo de controlar a nuestro jefe o a nuestros seres queridos hacia nosotros -y la forma en que pensamos sobre la situación, y la forma en que la controlamos-”.
3.- “La acción crea emociones positivas”.
“Con tanta información viniendo a nosotros de todos nuestros dispositivos y las noticias, de nuestros amigos y nuestros compañeros de trabajo, fácilmente podemos vernos abrumados y paralizados. Nos quedamos estancados en analizar situaciones, esperando que más información nos ayude a tomar decisiones. Pero el camino hacia adelante no es necesariamente más información, sino que más acción.
Sin importar si es algo pequeño, tomar acción nos puede hacer sentir geniales. Esto ocurre porque, en vez de que nos pasen cosas a nosotros, las hacemos suceder. Por último, al tomar acción tenemos la sensación de certeza y control que por lo general perdemos durante el curso de un día frenético. Además, ver el fruto de nuestros resultados inmediatamente nos ayuda a proporcionarnos los refuerzos necesarios para que sigamos moviéndonos hacia adelante.
En el curso de un día ajetreado, terminamos enfrentándonos a tantos desafíos que ponen a prueba nuestra fuerza, nuestro conocimiento y nuestra resiliencia. Aceptemos que sin importar cuál sea el desafío, sin importar cuál sea la incertidumbre, somos capaces de tomar decisiones que impácten en qué tan bueno va a ser nuestro día y esa elección no es de otros que desafían nuestro día, sino que realmente depende de nosotros”.
LASTIMADOS POR EL LENGUAJE.
11:51
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LASTIMADOS POR EL LENGUAJE.
Por: Cesar Alanis
Coach
Las palabras tienen un poder tan fuerte que no solo hieren a la persona cuando son dichas, sino que pueden quedarse grabadas para siempre en el corazón y el alma, creando inseguridades y rompiendo relaciones. ¿Eres una persona que se comunica negativamente? Detén los daños y salva tus relaciones.
Los seres humanos somos seres sociales, lo que implica que mantenemos comunicación con diferentes personas a lo largo del día.Esta comunicación puede darse en diferentes situaciones, perspectivas o estados de ánimo y no siempre resulta sencillo mantener una comunicación sana con quienes nos rodean.
Puede pasar que no somos buenos expresando nuestras ideas y sentimientos, que no sabemos comunicarnos en pareja o que simplemente no prestamos atención al momento de interactuar con los demás.Todo esto puede ocasionar que nos volvamos personas indeseables para quienes nos rodean. Existen cuatro tipos muy claros de la mala comunicación:
1. Críticas hacia los demás
Está bien levantar la voz cuando está ocurriendo algo que no nos gusta o que nos afecta de alguna manera. El problema aparece cuando parece que únicamente gastamos nuestro tiempo en recriminar y acusar a quienes nos rodean. Estas críticas siempre tratan de demostrar la inferioridad del otro y pueden iniciar con:
- “Es que tú…” – “Eres…” – “Deberías…” – “Sería mejor que tú…” – “Tu familia, tus amigos…”
2. Declaraciones universales
Cualquier tipo de frase que generalice o genere estereotipos sobre personas o conductas, por ejemplo:
- “Tú siempre…” – “Tú nunca…” – “Eres tan…” – “Todo el tiempo estás…” – “Otra vez…”
3. Atención negativa en la persona sin tomar en cuenta el problema
En toda situación que se presenta hay dos aspectos a tomar en cuenta: las personas inmiscuidas y el problema suscitado. Cuando se presta atención negativa a la persona y no se muestra interés en el problema real, se está dando una pésima comunicación.
Ejemplo de mala comunicación: ¡Nunca haces nada! ¡Eres un flojo!
Ejemplo de buena comunicación: Sé que estás muy ocupado, pero al menos podrías ayudarme limpiando y ordenando tu habitación.
4. Demeritar sentimientos
Las personas somos sensibles por naturaleza, incluso aquellas que no suelen demostrar sus sentimientos. Por esto, demeritar o invalidar sentimientos puede ser el arma que termine totalmente una relación. Demeritamos sentimientos cuando no reconocemos emociones, los minimizamos, ignoramos o juzgamos negativamente. Por ejemplo:
- “No me interesa lo que opines”. – “Me tiene totalmente sin cuidado lo que sientas”. – “No seas tan dramático”. – “No estés tan feliz, en realidad no hiciste nada sorprendente”.
La inteligencia aplicada a la comunicación
Aunque todos somos seres autosuficientes con grandes capacidades y cualidades, siempre necesitamos escuchar y ser escuchados por los demás. Siempre debemos pensar que la forma en que hoy actuamos definirá nuestro futuro y si herimos a la gente que hoy nos acompaña, al final se cansarán, nos evitarán y finalmente se alejarán totalmente. No se trata de mentir o conformarnos, pero sí de ser inteligentes en nuestra comunicación
Por: Cesar Alanis
Coach
Las palabras tienen un poder tan fuerte que no solo hieren a la persona cuando son dichas, sino que pueden quedarse grabadas para siempre en el corazón y el alma, creando inseguridades y rompiendo relaciones. ¿Eres una persona que se comunica negativamente? Detén los daños y salva tus relaciones.
Los seres humanos somos seres sociales, lo que implica que mantenemos comunicación con diferentes personas a lo largo del día.Esta comunicación puede darse en diferentes situaciones, perspectivas o estados de ánimo y no siempre resulta sencillo mantener una comunicación sana con quienes nos rodean.
Puede pasar que no somos buenos expresando nuestras ideas y sentimientos, que no sabemos comunicarnos en pareja o que simplemente no prestamos atención al momento de interactuar con los demás.Todo esto puede ocasionar que nos volvamos personas indeseables para quienes nos rodean. Existen cuatro tipos muy claros de la mala comunicación:
1. Críticas hacia los demás
Está bien levantar la voz cuando está ocurriendo algo que no nos gusta o que nos afecta de alguna manera. El problema aparece cuando parece que únicamente gastamos nuestro tiempo en recriminar y acusar a quienes nos rodean. Estas críticas siempre tratan de demostrar la inferioridad del otro y pueden iniciar con:
- “Es que tú…” – “Eres…” – “Deberías…” – “Sería mejor que tú…” – “Tu familia, tus amigos…”
2. Declaraciones universales
Cualquier tipo de frase que generalice o genere estereotipos sobre personas o conductas, por ejemplo:
- “Tú siempre…” – “Tú nunca…” – “Eres tan…” – “Todo el tiempo estás…” – “Otra vez…”
3. Atención negativa en la persona sin tomar en cuenta el problema
En toda situación que se presenta hay dos aspectos a tomar en cuenta: las personas inmiscuidas y el problema suscitado. Cuando se presta atención negativa a la persona y no se muestra interés en el problema real, se está dando una pésima comunicación.
Ejemplo de mala comunicación: ¡Nunca haces nada! ¡Eres un flojo!
Ejemplo de buena comunicación: Sé que estás muy ocupado, pero al menos podrías ayudarme limpiando y ordenando tu habitación.
4. Demeritar sentimientos
Las personas somos sensibles por naturaleza, incluso aquellas que no suelen demostrar sus sentimientos. Por esto, demeritar o invalidar sentimientos puede ser el arma que termine totalmente una relación. Demeritamos sentimientos cuando no reconocemos emociones, los minimizamos, ignoramos o juzgamos negativamente. Por ejemplo:
- “No me interesa lo que opines”. – “Me tiene totalmente sin cuidado lo que sientas”. – “No seas tan dramático”. – “No estés tan feliz, en realidad no hiciste nada sorprendente”.
La inteligencia aplicada a la comunicación
Aunque todos somos seres autosuficientes con grandes capacidades y cualidades, siempre necesitamos escuchar y ser escuchados por los demás. Siempre debemos pensar que la forma en que hoy actuamos definirá nuestro futuro y si herimos a la gente que hoy nos acompaña, al final se cansarán, nos evitarán y finalmente se alejarán totalmente. No se trata de mentir o conformarnos, pero sí de ser inteligentes en nuestra comunicación
Motivación y Emoción.
11:39
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Motivación y Emoción.
Por: Cesar Alanis
Coach
La motivación y la emoción son términos que están estrechamente ligados y ambos derivan del verbo latino moveré que significa motivación “moverse”, “poner en movimiento”, “estar listo para la acción”. La motivación que toma en consideración la emoción tiene más probabilidades de ser efectiva. Dicho de otra forma: hay que motivar a partir de la emoción: si no es así, no puede haber auténtico aprendizaje, es necesario crear sentimientos y actitudes favorables al objeto de aprendizaje para motivarlo y potenciarlo.
Las emociones son una fuente de motivación. Desde un punto de vista técnico, la motivación es la capacidad para enviar energía en una dirección específica con un propósito específico. ‘Estar motivado es sacar lo que está adentro’, dice el autor Zig Ziglar, uno de los mejores motivadores, y ahí es donde encontramos qué es lo que nos mueve, nos hace vibrar y sentirnos plenos.
En muchas organizaciones, dentro del ámbito laboral, a menudo las personas se desmotivan al ocupar el tiempo y la energía fingiendo aceptar decisiones u opiniones que no comparten, haciendo silencio, tolerando un orden jerárquico, reprimiendo percepciones u oportunidades. Si somos capaces de aceptar lo que sentimos y prestamos atención a nuestros pensamientos, podremos darle la vuelta a la situación, a modo de cancelación de las anteriores y de revitalización de las emociones que nos motivan, provocando creatividad, iniciativa, cooperación, colaboración y compromiso. Una persona con buenas habilidades a este nivel, podrá adaptarse fácilmente y su motivación será menos vulnerable a la frustración de una meta o deseo.
Si la inteligencia emocional es el grado de habilidades y destrezas que permiten canalizar sentimientos frente a la realidad de una forma asertiva, y que permite ayudar a descubrir las potencialidades de otras personas haciéndolas más eficaces, es lógico que pueda mejorarse la motivación trabajando sobre las emociones.
La motivación es una habilidad que hay que trabajar, mejorar y finalmente, sacar provecho de este esfuerzo. Cada persona puede mejorar su inteligencia emocional y la motivación sufrirá, entonces, un cambio radical y positivo en función de las metas propuestas.
Algunas recomendaciones para mejorar la inteligencia emocional y la motivación:
• El trabajo en equipo: fomentará la interacción entre los integrantes del grupo, las responsabilidades y presiones se distribuirán equitativamente y los escollos frente a las metas se resolverán de modo colectivo.
• Limitar el contacto con personas pesimistas o desmotivadoras que no nos ayudan a centrarnos en nuestra propia asertividad.
• Trabajar sobre el control de los sentimientos impulsivos que surgen frente a la frustración y nos limitan en nuestro crecimiento: la ira, la angustia, y las reacciones explosivas.
• Trabajar sobre metas a corto plazo, para darnos la oportunidad de demostrarnos que somos capaces de decidir el cambio y llevarlo a cabo con objetivos accesibles e inmediatos.
Para conseguir un mayor rendimiento en cualquier aspecto de nuestra vida, la motivación positiva juega un papel muy importante ya que está ligada a sentimientos tales como el entusiasmo, la perseverancia y la confianza. En la medida en que estemos motivados por el entusiasmo y el gusto por lo que hacemos, las emociones se convierten en excelentes estímulos para el logro.
Por: Cesar Alanis
Coach
La motivación y la emoción son términos que están estrechamente ligados y ambos derivan del verbo latino moveré que significa motivación “moverse”, “poner en movimiento”, “estar listo para la acción”. La motivación que toma en consideración la emoción tiene más probabilidades de ser efectiva. Dicho de otra forma: hay que motivar a partir de la emoción: si no es así, no puede haber auténtico aprendizaje, es necesario crear sentimientos y actitudes favorables al objeto de aprendizaje para motivarlo y potenciarlo.
Las emociones son una fuente de motivación. Desde un punto de vista técnico, la motivación es la capacidad para enviar energía en una dirección específica con un propósito específico. ‘Estar motivado es sacar lo que está adentro’, dice el autor Zig Ziglar, uno de los mejores motivadores, y ahí es donde encontramos qué es lo que nos mueve, nos hace vibrar y sentirnos plenos.
En muchas organizaciones, dentro del ámbito laboral, a menudo las personas se desmotivan al ocupar el tiempo y la energía fingiendo aceptar decisiones u opiniones que no comparten, haciendo silencio, tolerando un orden jerárquico, reprimiendo percepciones u oportunidades. Si somos capaces de aceptar lo que sentimos y prestamos atención a nuestros pensamientos, podremos darle la vuelta a la situación, a modo de cancelación de las anteriores y de revitalización de las emociones que nos motivan, provocando creatividad, iniciativa, cooperación, colaboración y compromiso. Una persona con buenas habilidades a este nivel, podrá adaptarse fácilmente y su motivación será menos vulnerable a la frustración de una meta o deseo.
Si la inteligencia emocional es el grado de habilidades y destrezas que permiten canalizar sentimientos frente a la realidad de una forma asertiva, y que permite ayudar a descubrir las potencialidades de otras personas haciéndolas más eficaces, es lógico que pueda mejorarse la motivación trabajando sobre las emociones.
La motivación es una habilidad que hay que trabajar, mejorar y finalmente, sacar provecho de este esfuerzo. Cada persona puede mejorar su inteligencia emocional y la motivación sufrirá, entonces, un cambio radical y positivo en función de las metas propuestas.
Algunas recomendaciones para mejorar la inteligencia emocional y la motivación:
• El trabajo en equipo: fomentará la interacción entre los integrantes del grupo, las responsabilidades y presiones se distribuirán equitativamente y los escollos frente a las metas se resolverán de modo colectivo.
• Limitar el contacto con personas pesimistas o desmotivadoras que no nos ayudan a centrarnos en nuestra propia asertividad.
• Trabajar sobre el control de los sentimientos impulsivos que surgen frente a la frustración y nos limitan en nuestro crecimiento: la ira, la angustia, y las reacciones explosivas.
• Trabajar sobre metas a corto plazo, para darnos la oportunidad de demostrarnos que somos capaces de decidir el cambio y llevarlo a cabo con objetivos accesibles e inmediatos.
Para conseguir un mayor rendimiento en cualquier aspecto de nuestra vida, la motivación positiva juega un papel muy importante ya que está ligada a sentimientos tales como el entusiasmo, la perseverancia y la confianza. En la medida en que estemos motivados por el entusiasmo y el gusto por lo que hacemos, las emociones se convierten en excelentes estímulos para el logro.
TÚ Y TUS EMOCIONES
8:07
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TÚ Y TUS EMOCIONES
Por. Cesar Alanis
Coach vida
A lo largo de la historia de la cultura, cognición y emoción han sido considerados procesos independientes y en cierta medida contrapuestos. Cada uno de ellos, en realidad engloba a muchos otros. Dentro de lo que llamamos de modo genérico ‘la cognición’ (racionalidad) se incluyen la percepción, la memoria, la atención o la acción. El concepto de ‘emoción’ abarca también desde la experiencia subjetiva (el sentimiento) hasta las reacciones que llamamos fisiológicas (sudoración, temblor, palidez) y conductuales o motoras (gestos, posturas..).
Ya los griegos distinguían entre ‘Pasión’ y ‘Razón’, separando así el pensamiento de los sentimientos. En la concepción de la mente (el alma) para el mundo griego y la posterior cultura judeocristiana, Razón y Pasión mantienen un cierto antagonismo. El intelecto superior debe controlar las pasiones, al ser éstas emociones desbocadas que enturbian la capacidad de pensar con claridad y asociadas casi siempre a la culpa. No es sorprendente que, aún hoy, tienda a estudiarse científicamente la racionalidad o cognición como un proceso separado e independiente de ‘la emoción’.
El cerebro, asiento de las emociones*
En tiempos más recientes y gracias a las influyentes aportaciones de científicos y neurólogos, se ha aceptado considerar que la consciencia no es el único elemento que ocupa la mente o, dicho de otro modo, que el cerebro, cuya operación produce lo que llamamos el pensamiento consciente, es igualmente el origen de las emociones.
emociones
Aunque a primera vista pueda parecer que, en el caso de la racionalización, el soporte físico del cuerpo es irrelevante, resulta fundamental para las emociones. Cada vez se acepta más la interpretación de que tanto en la emoción como en la cognición, tras los componentes conscientes subyacen e interaccionan toda una serie de mecanismos cerebrales no conscientes (lo que Freud llamó premonitoriamente ‘el inconsciente’), que determinan de manera decisiva las características conscientes del pensamiento y la emoción.
Todas las emociones tienen alguna función que les confiere utilidad y permite que el sujeto ejecute con eficacia las reacciones conductuales apropiadas y ello con independencia de la cualidad hedónica (búsqueda del placer, supresión del dolor y las angustias, como objetivo) que generen. Incluso las emociones más desagradables tienen funciones importantes en la adaptación social y el ajuste personal.
Según Reeve (1994), la emoción tiene tres funciones principales:
a. Funciones adaptativas: Quizá una de las funciones más importantes de la emoción sea la de preparar al organismo para que ejecute eficazmente la conducta exigida por las condiciones ambientales, movilizando la energía necesaria para ello, así como dirigiendo la conducta (acercando o alejando) hacia un objetivo determinado.
b. Funciones sociales: Puesto que una de las funciones principales de las emociones es facilitar la aparición de las conductas apropiadas, la expresión de las emociones permite a los demás predecir el comportamiento asociado con las mismas, lo cual tiene un indudable valor en los procesos de relación interpersonal. Izard (1989) destaca varias funciones sociales de las emociones, como son las de facilitar la interacción social, controlar la conducta de los demás, permitir la comunicación de los estados afectivos, o promover la conducta pro-social.
Emociones como la felicidad favorecen los vínculos sociales y relaciones interpersonales, mientras que la ira puede generar repuestas de evitación o de confrontación. De cualquier manera, la expresión de las emociones puede considerarse como una serie de estímulos discriminativos que facilitan la realización de las conductas apropiadas por parte de los demás.
c. Funciones motivacionales: La relación entre emoción y motivación es íntima, ya que se trata de una experiencia presente en cualquier tipo de activ
idad que posee las dos principales características de la conducta motivada, dirección e intensidad.
La emoción energiza la conducta motivada. Una conducta “cargada” emocionalmente se realiza de forma más vigorosa. Como hemos comentado, la emoción tiene la función adaptativa de facilitar la ejecución eficaz de la conducta necesaria en cada exigencia. Así, la cólera facilita las reacciones defensivas, la alegría la atracción interpersonal, la sorpresa la atención ante estímulos novedosos, etc.
Tabla 1: Funciones de las emociones (tomado de Plutchik, 1980)
La inteligencia racional y la inteligencia emocional deben ser cultivadas en forma armoniosa. El factor común a ambas es el desarrollo de la conciencia y la auto-conciencia del ser humano, su capacidad de darse cuenta, aceptarse, comprenderse, analizarse y expresarse con honestidad, efectividad, propósito e integridad. Esta es la fuente primigenia de la responsabilidad, la libertad y la autoestima. En definitiva, esta es la fuente primigenia de aquello que le da al hombre su humanidad.
miércoles, 18 de diciembre de 2013
lunes, 9 de diciembre de 2013
Salir de la negatividad y la Inseguridad
14:32
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Salir de la negatividad y la
Inseguridad
Por: Cesar Alanis
La negatividad y la inseguridad, son dos de los obstáculos que afirman sufrir muchísima gente.
Estos obstáculos son muy habituales con la actual situación económica, social y política que estamos viviendo.
Sin embargo, al ser la negatividad e inseguridad, obstáculos principalmente internos, lo que hacen es complicar aún más la situación real que estamos viviendo.
A esto hay que añadir que nuestro estado interno afecta muchísimo más al logro de resultados que las circunstancias externas.
Te enseño en este artículo unas pautas, para que aprendas a salir de estos estados mentales de negatividad e inseguridad.
Rodéate de lo que te hace sentir bien
Somos humanos y lo externo nos afecta en mayor o menor medida. Procura evitar las cosas, eventos y personas que no te hacen bien y acercarte a las que te hacen sentir positiva. Hay personas desmotivadoras, que por envidia o porque te quieren y tienen miedo de que sufras, te van a desanimar en cualquier proyecto que emprendas.
Sin embargo hay personas que te impulsan, estimulan y motivan a lograr cosas, empieza a verte más con estas últimas. Deja de ver las noticias, realmente no estás bien informada, sólo cuentan lo malo, también ocurren cosas buenas, pero esas no venden. Hazme caso, no es útil y sólo te creará una sensación de malestar que no te va a ayudar.
Escucha música que te suba el estado de ánimo, tú sabes cuál es. También en algunas tiendas especializadas puedes encontrar música para crear el estado de ánimo que quieras lograr Te puedes ayudar de muchos estímulos externos para sentirte bien. En resumen, aléjate de lo que no te hace bien, acércate a lo que te hace bien y crea nuevos estímulos que te afecten positivamente.
También hay alimentos que te pueden ayudar a sentirte mejor física y anímicamente.
Comienza a aceptar las cosas como son y que la seguridad no existe
Por el hecho de que las circunstancias no te gusten, no van a cambiar. Estamos siempre buscando la seguridad, y la seguridad no existe. No tenemos nada garantizado, absolutamente nada. Lo único que tienes garantizado es el momento presente y tu capacidad de maniobra sobre el mismo.
Mientras sigas poniéndote en manos de los demás, o de las circunstancias, y continúes en tu actitud de víctima, no vas a obtener resultados. Por naturaleza naces sin ningún derecho y con todas las responsabilidades sobre tu persona. Si tienes algún derecho por ley, es por haber nacido en un lugar determinado y porque se han creado las infraestructuras, pero por naturaleza no tienes ninguno.
Sin embargo nadie más que tú misma tiene la responsabilidad sobre tu persona. Puedes patalear, gritar, lo que quieras.
Sólo tú tienes la obligación y la necesidad de hacerlo por ti, a los demás puede no importarles (a ellos no les afecta al fin y al cabo), y si te quedas a expensas de los demás, tú misma te habrás puesto la soga al cuello. Así que si quieres estar cerca de la seguridad, hazte responsable de tu vida y toma las riendas.
No ponerte en manos de los demás, no significa que no puedas pedir ayuda, sólo que te hagas responsable y seas tú quien siempre tomes las decisiones sobre tu vida, les guste a los demás o no. También implica que aceptes que haya personas que no estén dispuestas a ayudarte, tu responsabilidad es seguir buscando otras personas u otras soluciones.
La ayuda no tiene que ser siempre gratuita, piensa qué puedes hacer tú por la otra persona para que le compense ayudarte. Tienes que aprender a ser negociadora.
Céntrate en lo que quieres, deja de quejarte y de poner tu atención en lo que no te gusta, ya verás como empiezan a cambiar tus resultados, y si no cambian, sigue centrándote en cómo hacer para que cambien pero evitando mirar lo negativo, más allá de ser consciente de ello para cambiarlo.
Practica la meditación
Practicar la meditación y dejar la mente en blanco durante un rato, te va a ser de gran utilidad para evitar los pensamientos negativos. Aprende a meditar y no dejes de practicarlo a diario. Lo ideal es durante una hora, si no tienes tiempo, procura hacerlo al menos 10 minutos al día, pero no dejes de hacerlo.
Puedes acompañarte de música especial para esto, o bien puedes encontrar en youtube, meditaciones guiadas que te ayuden a centrarte. También puedes acudir a algún centro donde hagan meditaciones guiadas, y de paso será una oportunidad de conocer a otras personas que están en tu misma línea.
Desapego de los resultados
Esto es fundamental para eliminar la negatividad. Una de la claves para lograr objetivos es no obsesionarte con los mismos, sabiendo ser feliz y disfrutar del camino. Esto te ayudará a desapegarte de la meta, y que si no salen las cosas como tú quieres, tu felicidad no dependa de las mismas.
De hecho que no salgan las cosas como tú quieras, no significa que no continúes en tu empeño, pero que tu felicidad y bienestar no dependan de ello.
Aplica estas pautas en tu vida y consigue que la negatividad e inseguridad dejen de representar un obstáculo en tu avance.
Cesar Alanis
Coach de vida
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